La planta de valorización energética de TIRME en Son Reus ha tratado un 3’5% menos de residuos este año debido al aumento de la recogida selectiva. “Las cosas se están haciendo bien y se tiene que continuar trabajando en esta línea, pero nunca se suficiente” ha resaltado la vicepresidenta segunda y consellera de Sostenibilidad y Medio Ambiente Aurora Ribot.

Esta planta de incineración o valorización energética de TIRME en Son Reus van los residuos que no se pueden reciclar por dos motivos: porque no están separados en origen o porque son rechazo de otras plantas de tratamiento.

“El Consell se reafirma en el apoyo en los ayuntamientos para obtener una prevención y reducción más eficiente de los residuos” ha declarado la consellera Ribot. Esta planta con capacidad de tratamiento instalada de 700.000 toneladas, aunque solo se utilice en los meses álgidos de temporada veraniega, trató unas 550.000 toneladas el año pasado, lo que quiere decir un descenso de entrada del 3’5% respecto al año anterior. Esto se debido a un aumento de la recogida selectiva.

Todo este material previamente seleccionado de materia orgánica en un 20% y se envía a la planta de metanización y compostaje. A la planta de envases va el material de contenedor amarillo como son garrafas y botellas de plástico, porexpan, cajas de plástico, cajas de corcho, envases de desodorante tipo roll-on, brics, tapones de plástico, bolsas de plástico y otros tipos de envases, que son un 17’5% de la recogida.

Es importante saber que a los contenedores amarillos no se puede tirar cubos de plástico ni cañerías y mangas de plástico, tampoco fregonas, cepillo de dientes, sacapuntas de afeitar ni todo aquello que sea mezcla de materiales. “Las diferentes administraciones y las ciudadanas y ciudadanos tenemos que aunar esfuerzos para conseguir reducir la producción de residuos y poder disminuir la incineración” afirma Ribot.