Editorial: Se ha comenzado a quitar la paja del trigo y sabemos cierto la cantidad completa de la cosecha y sobre todo este año que la algarroba tiene buenas referencias. Se ha metido el vino a buen recaudo en los grandes tinos y a esperar tiempos mejores. Mientras se van conociendo algunos proyectos de los presupuestos generales del Govern balear para nuestro Llevant Mallorquón, que como casi siempre no representan ni la pedrea.

Supe ayer por una rueda informativa que el Pi de Sant Llorenç de Onofre Garçia y los regionalistas le habían sacado a la Framncia Armengol 3 millones de euros en el último segundo del partido para pagar obras del temporal de octubre de 2018, aquellas prometidas con 13 cuerpos calientes y que hasta Sánchez posó para la posteridad.

Hablando de políticos hay una amiga que me ha dicho que cuando todos y todas las diputadas y diputados, senadores/as, regidoras, alcaldes, alcaldesas, concejales, eurodiputados, consejeros, asesores y el resto de la clase política cuando se vacunen toda sin excepción lo hará ella, mientras no. que den la cara en la pandemia por primera vez en línea comprometida. Asegura.

Mientras pasa esto y aquello los ayuntamientos de Mallorca sin excepción se están dejando la piel en dinamizar las fiestas de Navidad, darle un color especial, una estética esencial, aportar ayudas como nunca se había hecho. A falta de apoyo del Govern y del Gobierno, salen a nuestro rescate con la mejor cara y emergía, combinando lo esencial del día a día y todos los sobrantes, austeridad necesaria y solidaridad. Eso también debe sumar en nuestra cuenta de resultados.

Día triste, de exámenes escolares, jornada sin sol y casi sin luz, pero hay futuro, llegará el sol y su característico calor, llenaremos las playas, habrá vacunas y nos visitarán turistas. Miles de estudiantes se entregan a sus labores de futuro porque saben que habrá porvenir. Que será duro arrancar de nuevo, claro, pero aquí nunca han colgado en las fachadas las longanizas.